Obstrucción Por Cuerpo Extraño (Hueso) En Esófago Canino
Nos traen a consulta a Goofy un simpático perrito, Shit-Zu, de tamaño pequeño que lleva dos días con arqueadas queriendo vomitar, sin querer comer y un poco triste. Al hacer la exploración física se observa salivación continua, manifestaciones de dolor con taquicardia y taquipnea no parecía un siempre cuadro de gastroenteritis, a veces, es típico de cuerpos extraños en esófago, esofagitis, lesiones ulcerativas de esófago, etc…
Curiosamente su humano nos comenta que accidentalmente se le cayeron de la mesa unos huesos de res y que es posible que Goofy se los haya comido.
Se propuso realizar pruebas complementarias que ayudaron a llegar al origen del problema. En la analítica sanguínea se observaban signos compatibles con deshidratación. Tras realizar un estudio radiográfico de tórax y abdomen, se observa en la radiografía lateral torácica un cuerpo extraño de radiodensidad similar a la de los huesos, aparentemente en el esófago caudal a la carina traqueal.
Parece un hueso atascado en el tramo caudal de esófago, esta zona suele ser una de las típicas localizaciones en las que se clavan los huesos ingeridos por nuestros peludos, si son de un tamaño grande y además presentan aristas pronunciadas. Si se produce perforación esofágica, agrava más el problema.
Proponemos realizar una exploración de esófago con posibilidad de extracción del cuerpo extraño. Sedamos a Goofy, se pasa a quirófano y procedemos a hacer la exploración esofágica.
Este tipo de obstrucciones por huesos se resuelven extrayendo el cuerpo hacia la boca, pero si no se puede, o puede lesionar la mucosa lo mejor es empujarlos a estómago donde serán digeridos por los ácidos gástricos.
En este caso estaba tan anclado que no hubo manera de extraerlo sólo con pinzas, pero si nos permite empujarlo a estómago.
Así que nos tocó realizar una laparotomía y acceder al estómago mediante cirugía y extraerlo por estómago con la pinza a acercarlo al cardias para su extracción manual.
Aquí se ve el hueso extraído quirúrgicamente.
Revisamos el esófago, no presenta perforación después de la extracción.
A las doce horas Goofy toma líquidos, algo de comida blanda y no presento vómitos ni signos de dolor, con deglución aparentemente normal.
Goofy se recuperó muy bien de la cirugía y en menos de 24 horas estaba totalmente recuperado por lo que pudo irse a casa con su familia.
MEJOR PREVENIR…
Para evitar estas situaciones es muy importante la prevención, y la mejor manera es educar a nuestras mascotas desde bien pequeños para que no presenten comportamientos de este tipo, lo que podríamos llamar “perro basurillas”. Enseñarles el comando “suelta” puede ser muy efectivo. Y mantener un ambiente lo suficientemente enriquecido como para que no desarrollen estas conductas por problemas de estrés o ansiedad.
Así mismo los juguetes que les facilitemos deben ser adecuados, de un tamaño superior al de su boca y que sean difíciles de romper en trozos más pequeños. Y en la medida de lo posible observar al animal mientras juega.
Si ves como tu mascota se traga algún objeto lo más recomendable es acudir al veterinario para extraerlo lo antes posible. La realidad es que muchas veces no presenciamos el momento.
Si tu mascota comienza con vómitos de forma constante (los vómitos fecaloides, de un olor muy desagradable, son muy indicativos de obstrucción intestinal), y sospechas que pueda haber ingerido algo, es preferible una visita a tiempo al veterinario para evitar problemas mayores.