Hipotiroidismo En Perros
Caso clínico, ella es una hermosa perrita, no castrada, de 5 años, se presentó a nuestra clínica debido a una historia de debilidad e intolerancia al ejercicio de más de un año de evolución. Había sido diagnosticada de artrosis y displacía de cadera por lo que los propietarios asociaban los signos a sus problemas ortopédicos. Además, describían tendencia a ganar peso sin apetito excesivo y descamación grasa de la piel.
PRUEBAS REALIZADAS Y DIAGNÓSTICO
A la exploración el paciente presentaba cierto sobrepeso, descamación seborreica generalizada con hiperqueratosis, prurito grado 10, Uveitis (ojo azul), agitación e intolerancia marcada al ejercicio y al movimiento ya desde hace varios meses.
Según los signos clínicos se podía indicar un hipotiroidismo por lo que se propuso realizar como primer abordaje analíticas generales (hemograma, bioquímica, urianálisis) y un estudio de niveles de hormonas tiroideas. Las pruebas revelaron una leve anemia no regenerativa, leve aumento de transaminasas hepáticas y moderado aumento del colesterol, todos hallazgos compatibles con un hipotiroidismo. Este se confirmó al recibir los resultados de las hormonas tiroideas, que mostraban niveles bajos de T4 total y T4 libre (tiroxina).
El hipotiroidismo es una enfermedad metabólica común en perros y la forma más frecuente es el primario adquirido, debido a una destrucción autoinmune y atrofia de la glándula tiroidea. Se cree que puede ser hereditario ya que se ha descrito predisposición racial (English Setter, Golden Retriever, Rhodesian Ridgeback, Cocker Spaniel y Boxer entre otras) y formas familiares.
Las hormonas tiroideas están implicadas en el metabolismo celular y su falta produce principalmente signos metabólicos (letargia, sobrepeso, intolerancia al ejercicio y al frío) y signos dermatológicos (alopecia, mala calidad del pelaje, infecciones de piel y seborrea)
Adicionalmente, los perros hipotiroideos pueden presentar alteraciones cardiovasculares, neurológicas, oftalmológicas, digestivas y reproductivas.
TRATAMIENTO Y EVOLUCIÓN
El tratamiento consiste en suplementar al animal con hormonas tiroideas de por vida, mediante tabletas. El tratamiento apenas presenta efectos adversos, aunque es necesario monitorizar el efecto al primer mes de tratamiento y cada 6 meses para valorar que la dosis sea la correcta. Durante los primeros días de tratamiento ya puede observarse mejoría de los signos metabólicos y los problemas de piel suelen estabilizarse a los 2-3 meses. Los problemas neurológicos pueden tardar hasta 6 meses en resolver. Las alteraciones analíticas también se corrigen a medida que el perro mejora clínicamente. El pronóstico de esta enfermedad, tratada correctamente, es muy bueno.
En el caso de nuestra paciente, al mes de tratamiento los propietarios describían un aumento de la actividad física, mejoría en la actitud y el apetito. Al examen físico presentaba una pérdida de peso de aproximadamente un 10%. La seborrea había disminuido y el pelaje empezada a crecer, Las alteraciones analíticas se habían corregido por completo, y las hormonas tiroideas estaban en los niveles deseados. Se recomendó por lo tanto seguir con la misma dosis pautada de levotiroxina y revisión cada 6 meses para valorar la evolución, siendo ahora una perrita feliz.