EPILEPSIA EN PERROS Y GATOS
Hoy les quiero hablar de una enfermedad incurable que, aunque raramente es grave y mucho menos mortal, da muchísimos sustos a los dueños de perros y gatos cuando aparece por primera vez (aunque no creo que nadie llegue a acostumbrarse del todo) y además se necesita controles y tratamiento de por vida.
La epilepsia es una enfermedad compleja de base cerebral en la que se produce una actividad anormal y aguda en las células del sistema nervioso (neuronas). Esta actividad repentina predispone a la aparición de convulsiones o de una crisis epiléptica en nuestros animales. Sin duda alguna, esta manifestación de la enfermedad es la que más suele marcar a la gente porque es bastante violenta y en muchas ocasiones no se sabe cómo actuar para ayudar a ese pobre animal que la está padeciendo.
La epilepsia puede afectar a perros y gatos, pero es bastante más frecuente su aparición en perros, explicaré por qué más adelante junto con la clasificación. La prevalencia (porcentaje al que afecta en una determinada población) de esta enfermedad no está del todo clara. Hay estudios que hablan de un 0,6-0,7% de la población canina, pero se cree que pueda ser mayor. Lo cierto es que nosotros tenemos varios casos entre nuestros pacientes caninos de la clínica a los que podemos poner nombre por ejemplo Sasha, una Rottweiler de 9 años de edad, que presenta crisis convulsiva, gracias a sus chequeos veterinarios frecuentes logramos instaurar un tratamiento adecuado dándole a Sasha calidad de vida ya que es una enfermedad que no tiene cura.
Mucha gente confunde epilepsia con convulsiones por lo que creo que es importante dejar claro qué son ambas cosas. En el párrafo anterior he definido qué es la epilepsia. En cuanto a las convulsiones, estas son descargas eléctricas patológicas de las neuronas como consecuencia de una alteración del cerebro. Son involuntarias, imprevisibles, cesan de forma espontánea y se pueden manifestar como una debilidad extrema o como contracciones musculares rígidas. Lo más importante es aclarar que NO TODAS LAS CONVULSIONES SE DEBEN A LA EPILEPSIA, un porcentaje más bajo puede producirse por otras causas como hipoglucemia, hepatoencefalopatías, intoxicaciones, traumatismos, enfermedades como el moquillo canino, hidrocefalia, neoplasias, etc.
En resumen y para que quede claro, la epilepsia es una enfermedad y las convulsiones son una manifestación clínica de la epilepsia y de muchas otras patologías.
¿Qué hago si mi mascota sufre una crisis epiléptica?
Lo primero de todo (y no es nada fácil) es mantener la máxima calma posible. En ocasiones es complicado, pero es importante no gritar ni causar mayor estrés al animal. El silencio es esencial.
A continuación, hay que intentar manipular al animal lo mínimo posible y, en caso de tener que moverlo, no realizar movimientos bruscos. Debemos tener mucho cuidado porque nuestra mascota puede atacarnos de forma involuntaria durante la crisis.
Se deben apartar los objetos de su alrededor para evitar que se golpee y, por otro lado, bajar las persianas o apagar las luces para que no haya estímulos luminosos.
También se debe retirar el agua y la comida. Se recomienda no ofrecerla hasta pasadas unas horas de la crisis.
Una vez que todo vuelva a la calma, lo recomendable es acudir al veterinario para que evalúe a su mascota y ver cuáles son las mejores opciones de diagnóstico y tratamiento en ese caso.
Como ya les he comentado, en nuestra clínica hay alguno que otro perro y gato epiléptico. Afortunadamente, es una enfermedad que gracias a la medicación (de por vida) y sus controles sanguíneos periódicos, puede llegar a controlarse y que tengan una calidad de vida prácticamente normal.
Dra Sigrid de Paz